Antes de abordar esta cuestión, he aquí un chiste zen: "¿Cuantos budistas zen hacen falta para cambiar una bombilla?. La respuesta es dos: uno para cambiarla y otro para no cambiarla". La paradoja es el camino del zen.
La cuestión de si la práctica de Karate Do es sencilla o difícil, debe hacerse con esfuerzo o no, debe responderse de la misma forma sí - no.
La cuestión de si la práctica de Karate Do es sencilla o difícil, debe hacerse con esfuerzo o no, debe responderse de la misma forma sí - no.
"La Gran Vía es muy ancha; no es ni fácil ni difícil"
Para entender esta paradoja, puede ser de ayuda la siguiente parábola del gran poeta sufí Rumi:
En una ocasión, tres ciegos se encontraron por primera vez ante un elefante. El primer hombre tocó una pierna del elefante y dijo: "Es como una columna". El segundo tocó una oreja del elefante y dijo: "Es como un gran abanico". El tercero le agarró la trompa y dijo: "Es como una serpiente". Cada uno sostuvo su opinión y siguieron discutiendo hasta la puesta de sol.
En cierto modo, cada hombre ciego estaba en lo cierto; por otra parte, todos estaban equivocados. De igual forma, el CAMINO puede verse como fácil o difícil. No son contradictorios, sino complementarios entre sí; como la cara y la cruz, son formas alternativas de la misma moneda.
La tradición zen tiene dos escuelas principales: soto y rinzi. Mientras que la escuela soto subraya la meditación, la rinzi se basa más en el uso del koan. La mayoría de los koan no tienen solución alguna; más bien sirven para reflejar el desamparo básico de la situación humana.
El propósito del koan es inducir frustraciones. Un estudiante puede trabajar varios días o semanas en un koan sin llegar a ninguna conclusión. El objetivo es llevarlo a tal punto de cansancio y frustración que finalmente advierta que de nada le servirá el esfuerzo. Cuando esto suceda, el estudiante se dejará ir y será liberado. En terminología zen, este proceso se denomina "soltarse en la cima de la colina; encontrar la vida en plena muerte".
La Gran Vía no es fácil ni difícil. La facilidad o las dificultades son diferentes fases de un mismo camino. Al igual que la mayoría de los artistas no pueden llegar a ser “buenos” si no practican cientos de horas, la mayoría de los artistas marciales no llegarán a la parte fácil del camino si no se ha experimentado la difícil.
Es volver al estado inicial de las cosas, “mente de principiante”. Viendo como todo estaba allí desde el principio, como no había nada que alcanzar y mucho de “darse cuenta” y “ver”.
Pero para la mayoría de las personas es inconcebible otra vía que no sea la “ética del trabajo”, nada se consigue a cambio de nada .Así que la falta de esfuerzo requiere esfuerzo. En el caso del CAMINO, advertir lo vano del esfuerzo requiere esfuerzo.
A través de la práctica es posible perfeccionar el cultivo del Arte Marcial y cualquier Arte. Todo lo que se necesita es aprender a abandonarse. El secreto de la maestría reside en la relajación absoluta, en dejar de pensar en los éxitos y los fracasos. Supone perder la conciencia de uno mismo.
En una ocasión, tres ciegos se encontraron por primera vez ante un elefante. El primer hombre tocó una pierna del elefante y dijo: "Es como una columna". El segundo tocó una oreja del elefante y dijo: "Es como un gran abanico". El tercero le agarró la trompa y dijo: "Es como una serpiente". Cada uno sostuvo su opinión y siguieron discutiendo hasta la puesta de sol.
En cierto modo, cada hombre ciego estaba en lo cierto; por otra parte, todos estaban equivocados. De igual forma, el CAMINO puede verse como fácil o difícil. No son contradictorios, sino complementarios entre sí; como la cara y la cruz, son formas alternativas de la misma moneda.
La tradición zen tiene dos escuelas principales: soto y rinzi. Mientras que la escuela soto subraya la meditación, la rinzi se basa más en el uso del koan. La mayoría de los koan no tienen solución alguna; más bien sirven para reflejar el desamparo básico de la situación humana.
El propósito del koan es inducir frustraciones. Un estudiante puede trabajar varios días o semanas en un koan sin llegar a ninguna conclusión. El objetivo es llevarlo a tal punto de cansancio y frustración que finalmente advierta que de nada le servirá el esfuerzo. Cuando esto suceda, el estudiante se dejará ir y será liberado. En terminología zen, este proceso se denomina "soltarse en la cima de la colina; encontrar la vida en plena muerte".
La Gran Vía no es fácil ni difícil. La facilidad o las dificultades son diferentes fases de un mismo camino. Al igual que la mayoría de los artistas no pueden llegar a ser “buenos” si no practican cientos de horas, la mayoría de los artistas marciales no llegarán a la parte fácil del camino si no se ha experimentado la difícil.
Es volver al estado inicial de las cosas, “mente de principiante”. Viendo como todo estaba allí desde el principio, como no había nada que alcanzar y mucho de “darse cuenta” y “ver”.
Pero para la mayoría de las personas es inconcebible otra vía que no sea la “ética del trabajo”, nada se consigue a cambio de nada .Así que la falta de esfuerzo requiere esfuerzo. En el caso del CAMINO, advertir lo vano del esfuerzo requiere esfuerzo.
A través de la práctica es posible perfeccionar el cultivo del Arte Marcial y cualquier Arte. Todo lo que se necesita es aprender a abandonarse. El secreto de la maestría reside en la relajación absoluta, en dejar de pensar en los éxitos y los fracasos. Supone perder la conciencia de uno mismo.
Cuando la ejecución se convierte en “Arte”, el que la lleva a cabo ya no es su ejecutor, es su vehículo; no hay “trabajo”. Por consiguiente, en última instancia toda práctica es una cuestión de aprender a tener confianza y dejarse llevar, no creando obstáculos con las preocupaciones o sintiéndose intimidado por los fracasos. Siempre que queden rastros de esfuerzo o preocupación, sabremos que aún no estamos ahí. La excelencia se logra cuando se pierde toda idea de logro.
He aquí unas frases del maestro Zen Seung Sahn :
“Zen es tener la mente clara, una mente siempre clara. Mente clara significa que la mente cotidiana es la verdad. Si alguien piensa: “Quiero experimentar la práctica difícil”, pues muy bien. Pero si siempre se mantiene una práctica difícil, eso es hacer algo. Si haces algo, si te apegas a algo, entonces eso te entorpece y te impide conseguir la completa libertad. Tal vez consigas libertad en ciertos aspectos, pero no la completa libertad. ¿Qué es entonces completamente perfecto?. No aferrarse al yo-mío-mi. Entonces ves, entonces oyes: todo es perfectamente completo, no es especial.”
He aquí unas frases del maestro Zen Seung Sahn :
“Zen es tener la mente clara, una mente siempre clara. Mente clara significa que la mente cotidiana es la verdad. Si alguien piensa: “Quiero experimentar la práctica difícil”, pues muy bien. Pero si siempre se mantiene una práctica difícil, eso es hacer algo. Si haces algo, si te apegas a algo, entonces eso te entorpece y te impide conseguir la completa libertad. Tal vez consigas libertad en ciertos aspectos, pero no la completa libertad. ¿Qué es entonces completamente perfecto?. No aferrarse al yo-mío-mi. Entonces ves, entonces oyes: todo es perfectamente completo, no es especial.”
1 comentario:
Como siempre, magnífica entrada. Hay un par de frases que me han llamado poderosamente la atención "[...] encontrar la vida en plena muerte" y "la excelencia se logra cuando se pierde toda idea de logro".
Ciertamente el Camino es fácil y difícil, y por la poca experiencia que tengo, creo que esas fases se van alternando durante la marcha, por eso siempre he pensado que lo importante es seguir caminando, sin importar lo que nos vaya aconteciendo.
Creo que la parte más difícil es "abandonarse"... Tal vez en eso consista la Maestría... en conseguir "convertirse en el vehículo, no en el ejecutor".
Un saludo desde Algeciras. Nos veremos el domingo.
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